Historia corta: Horas de felicidad

domingo, 14 de junio de 2015
Advertencias:

*Puede contener faltas de ortografía
*Primer intento de narración en segunda persona
*Participará en el concurso del blog Blue Sensation
*Temática Homoerótica



Horas de felicidad

Una esponja color azul enjabonada por un gel que aunque no lo creas ha costado más que los pantalones que llevabas puestos cuando él te trajo aquí pasa suavemente por todo tu frágil cuerpo, sin prisas, como si la persona que te esta bañando pensará que eres una lábil figura de cristal.
Pero tú sabes que no es así, no entiendes porque siempre quiere bañarte después de las reuniones, no entiendes porque lo hace de esta forma tan delicada y dulce.
A lo mejor solo quiere darte un tiempo de paz y una forma retorcida de amor hasta la mañana siguiente, cuando todo vuelva a empezar, como un bucle sin fin.

Sales de la bañera antes de que te des cuenta con sus fuertes brazos rodeándote, te deja en la tapa del retrete mientras coge una toalla, de esas que aunque tu no lo sepas él sabe que te encanta como se siente alrededor de tu cuerpo.
Tan sedosa y suave, una sensación que solo disfrutas por la noche, cuando te dan tus horas de felicidad, cuando dejas que tu mente se vaya hasta el rincón mas hondo de tu cerebro.

Después de que te haya rodeado con ella se va a por el secador y en ese momento puedes verte en el espejo. No es una imagen que te guste mucho, incluso te gustaría que no estuviese allí.
Muestra la imagen del chico en el que te has convertido, tu cuerpo huesudo, tu cabello negro suave y brillante por todos los cuidados que te dan para tus reuniones, ojos verdes, apagados y sin vida.

Él se interpone entre tu y el espejo y corre sus grandes y bronceadas manos por tus mejillas secando las lágrimas que sin darte cuenta has dejado caer.

– Dejaremos el secado por hoy - dice con su voz grave y ronca que tanto te gusta mientras te coge en brazos de nuevo y tú en un auto-reflejo pasas los tuyos a través de su cuello.

Dejando el lujoso baño atrás te internas en un dormitorio aun más lujoso que el baño, él te deja en el medio de una cama de un enorme tamaño con sedosas sábanas negras.
Agarra la esquina de tu toalla y estira hasta que tu desnudo cuerpo esta al descubierto, antes te escondías rodeándote con tus brazos, pero sabes que es inútil, a el le gusta verte desnudo y siempre se enfada cuando te escondes de él, así que dejas que te examine el cuerpo en busca de heridas como hace cada noche.

Hoy estas de suerte, no hay ninguna demasiado grave o profunda que necesite más atención de la que deseas.
Unos cuantos moretones que se curaran en unos días, solamente eso.

Hoy tampoco se enfadara tanto como otras veces y sabes que hoy será de la forma que más te gusta, dulce y con amor.
No sabes porque te gusta hacerlo con el. Lo has hecho tantas veces durante el día y en ninguna de esas ocasiones te ha gustado pero cuando estas con el todo cambia.

– Sabes que odio esto pequeño ¿verdad? - subes la cabeza cuando oyes su voz y solamente puedes asentir y darle una pequeña sonrisa, aunque no crees demasiado en sus palabras, siempre lo has hecho desde que te trajo aquí.

Te empuja suavemente hacia atrás quedando completamente tumbado en la cama y él se posa encima tuyo y antes de que te des cuenta ya estas soltando suspiros a la vez que el pasa sus labios por tu cuello y lampiño pecho. Cuando para le miras notando que se esta quitando la ropa hasta que termina desnudo como tu y sólo puedes sonreír porque tus horas de felicidad por fin han llegado.

Los minutos pasan volando, algo que odias ya que si fuera por ti estas horas las alargarías lo más posible.
El calor funde tu cuerpo cuando una vez más su cuerpo tapa el tuyo por completo y sus labios devoran los tuyos con una pasión que nunca antes habías conocido, tus piernas son abiertas y posadas en sus fuertes hombros.

Entra en ti con suma facilidad, es normal, después de todo.

Él se queda quieto, esto también es una de las cosas que siempre hace, sabes que no le gusta cuando puede entrar en ti así de fácil, porque para él eres sólo suyo.
Una contradicción al fin y al cabo por como te obliga hacer todas esas cosas a lo largo del día.
Después de un par de minutos por fin se mueve y desde ahora solo cierras los ojos y disfrutas tus horas de felicidad.

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Estas corriendo alrededor del campo de fútbol, acabas de marcar el gol que decidirá el partido y has hecho ganar a tu equipo.
Tu mejor amigo se hecha encima tuyo haciendo que caigas al suelo mientras todo el equipo sigue su ejemplo, felicitándote por haber marcado el gol que os ha hecho pasar a la final.

Cuando el partido termina y después de las correspondientes felicitaciones y el pasar por el vestuario a por tus cosas sales lo más rápido que puedes hacia la salida.

Te están esperando, has quedado con la chica que te gusta después de semanas intentando conseguir una cita con ella.
Tienes que ir a casa y prepararte, una vez que llegas y hablar con tu madre rápidamente sobre el resultado del partido y que ella te llene de besos vas al baño y en la ducha te quitas todo el sudor y la suciedad que has acumulado a lo largo del partido.
Al salir de la ducha y secar tu cabello buscas en el armario tus mejores ropas y aunque sabes que vais a un concierto aun así quieres verte bien.
Tus vaqueros y la camiseta de la banda a la que vais a ver con unos sencillos zapatos pero perfectos para tu conjunto.

Sales de casa después de darle un beso a tu madre e intentas no correr hacia la casa de tu cita, no quieres volver a sudar.

Cuando llegas hay un coche de lo más lujoso en la puerta pero no le das la mínima importancia y cuando llegas a la puerta tocas el timbre sonando el típico ''Ding Dong''
Luego de unos minutos la puerta se abre y allí esta ella, como siempre hermosa, te sonríe tímidamente y te da un rápido beso en la mejilla, antes de que puedas decir algo se aparta un poco dejándote ver a alguien detrás suyo.

Oye, como el lugar del concierto esta un poco lejos se ha ofrecido a llevarnos.- y lo miras, él te sonríe y aunque no lo sabes en ese momento y solo te ha parecido un chico muy joven y seguramente para las chicas muy atractivo, acabas de entrar en el infierno y al cielo al mismo tiempo - Angel te presento a mi tío Deamon.

Y él te sonríe, la sonrisa que más adelante amaras y odiaras con toda tu alma.

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Despiertas con un sobresalto, es la primera vez en meses que tienes un sueño, o pesadilla según como lo mires, aunque ese fuera mas bien el recuerdo de como comenzó todo.

Estas rodeado por sus brazos y el esta durmiendo profundamente, es algo que nunca ha pasado y te permites el lujo de observarle detenidamente.

No sabes cuanto tiempo ha pasado pero el sol ya ha salido e ilumina una parte de la habitación, miras el reloj, las 6:51, faltan 9 minutos para que tus horas de felicidad acaben.

Y sus ojos se abren, profundas olas de mar recorren tu rostro y un amago de sonrisa surca su rostro antes de que se vuelva serio y te aparte de la comodidad de sus brazos. Sabes que tienes que hacer sin que el te lo diga, te levantas y vas al armario de roble que ocupa una pared de la habitación.
Sacas el traje negro que siempre se pone, la camisa blanca, nunca corbata, zapatos negros de charol y lo dejas en la cama.
Luego vuelves al armario y te pones la larga camisa que te llega hasta las rodillas que curiosamente es de él y esperas delante de la puerta.

Después de que se termine de vestir llega hasta a ti y te agarra del brazo fuertemente y aunque tengas hay mismo un moretón y te este haciendo daño callas, no quieres que se enfade.

Llegáis al salón que se utiliza más que nada de comedor, lleno de lujos también, te suelta y se encamina para sentarse en el extremo de la gran mesa mientras varios criados ponen tanta comida delante suya que no tienes ni idea de como es posible que acabe con toda ella pero nunca tienes la oportunidad de averiguarlo ya que una criada viene a por ti y te lleva hacia una por supuesto lujosa cocina, te sientas en una silla delante de la isla y esperas.

Nunca te sientas a comer con él, no es apropiado y es de muy mal gusto según todos en la casa sentarte en la mesa como si fueras alguien de su calibre.
Por supuesto es algo que ya sabes.
Ponen comida delante tuyo, no miras que es, simplemente comes, que importa, pronto toda saldrá de nuevo por donde vino.
Terminas y vas hacia la sala que esta al lado del gran recibidor, esperándole.
Siempre esperándole.

No sabes cuanto tiempo ha pasado y en realidad ni te importa sólo sabes que el infierno de verdad a empezado cuando él llega y no viene solo.

Te levantas del sofá donde sin saberlo te habías sentado, él llega hacia ti y te coge de nuevo del brazo pero esta vez, gracias a quien sea, no te agarra donde están tus heridas.

– Aquí tienes, cuando terminas llévalo hacia el siguiente.- te suelta con brusquedad pero por la costumbre no caes - Hora limite a las 8 pm, como tardes más, reza.- y con esas últimas palabras que siempre te hielan la sangre se marcha.

Miras al hombre que esta delante tuyo y cuando te da la sonrisa sádica que tanto conoces y como siempre ocurre se nublan tus ojos y pierden esa mota de brillo que no entiendes porque sigue apareciendo cada noche.
Y sólo piensas en una cosa

Aguanta.

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Te sacudes violentamente, las arcadas por fin han parado, acabas de cenar y como siempre que ocurre, la necesidad de ir al baño te consume y no has podido refrenarla y has vuelto ha hacerlo.

El asco te puede.

Te levantas con la rapidez con la que eres capaz y vas al lavabo enjuagandote la boca para que el sabor del vomito se desvanezca, cuando terminas sales del baño y te sientas en la cama a esperarle.

Antes de que te des cuenta el ya ha entrado y como siempre haces metes la mano en el bolsillo que tiene la holgada camiseta y le pasas el fajo de billetes.

– Buen chico.- te sacude el cabello mientras se tira a la cama y cuenta el dinero, después de que comprueba de que todo esta se levanta y te coge en brazos y cuando entráis al baño, sonríes, tus horas de felicidad han llegado.

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Corres hacia él y el das un abrazo de los típicos que tu piensas que son para hombres, la mano y palmadas en la espalda.

Hey Daemon ¿qué haces por aquí?- aunque no te extraña que este ya que desde ese día os habéis vuelto muy amigos, raro ya que tu solo tienes 17 años y el te supera con más de 25, pero según algunos la edad no entiende de amistad ni amor ¿no?

Nada, quería verte, esta es la final así que no me la podía perder.- dice para después darte un apretón en los hombros haciendo que un estremecimiento te recorra entero pero intentas no darle importancia, tu no puedes ser uno de ''esos''.

Pff...no sé, esta difícil nuestro rival ha ganado 2 años consecutivos.- aun así piensas superfluamente que ya que él ha venido a verte, debes ganar sea como sea.

Tras unos minutos de charla suena la bocina que indica que le partido va a comenzar y con otro abrazo de ''hombres'' te despides de él y sales al campo.
Notando siempre como el camina hacia un asiento en primera fila.

Noventa minutos después estas chillando como loco junto con tu equipo todos ellos abrazándote, después de todo lo has vuelto hacer, habéis ganado gracias a ti.

Cuando todos te sueltan te giras para ver hacia las gradas y hay esta él, sonriéndote y dándote un pulgar arriba y tú corazón se dispara una vez más y mientras un cazatalentos te da su tarjeta solo puedes pensar en una cosa.

Eres uno de ''esos''.

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Y días y los meses siguen pasando, todos iguales sin excepción, hasta que llegó ese en particular.

A las ocho en punto vuelves a la casa, entretanto pasas todos los puestos de seguridad que hay alrededor notas algo extraño. Todo esta muy silencioso y cuando llegas a la puerta muchos coches están aparcados delante de ella.

Bajas del coche y subes las escalera, los guardias que están en la puerta no te miran, como siempre hacen que llegas pero notas un leve nerviosismo en sus expresiones, no entiendes porque pero como siempre no le das importancia.

Entras al gran recibidor y no hay ninguna sirviente esperándote para darte de cenar, esto te descoloca y no sabes que hacer así que te quedas hay parado unos minutos para después oír gritos provenientes del salón e identificas la voz de él.
Caminas hacia allí y con el poco valor que te queda abres un poco la puerta teniendo la mala suerte de que esta chirrié y que todas las personas que están dentro te miren.

Él te mira con confusión un momento, y aunque crees ver un atisbo de temor en su cara rápidamente se camufla por seriedad y lo das por cosas de tu mente.

– Sube ahora a la habitación.- miras alrededor y toda la gente te esta mirando, algunos con confusión, otros con indiferencia pero hay un hombre al fondo del todo con una mirada llena de locura, es de mediana edad, tiene sobrepeso y esta casi calvo solo algunos pelo grises salpican que van de un lado a otro, no te da un buen presentimiento- ¡Qué subas ahora Angel!- su grito te sobresalta y después de mirarle un momento cierras la puerta y sales corriendo hacia la habitación pensando quienes son esos y aunque parezca una tontería agradeciendo no tener que cenar, el tiempo que pases en el baño hoy será menor.

Después de los 20 minutos que pasaste en el baño sales de la habitación y te sientas en la cama, estas muy cansado hoy y te duele la espalda horrores. Las heridas que tienes en la espalda le enfadaran mucho pero no puedes evitarlo, no debes quejarte, no debes llorar, todo por él.

Sacas el fajo de billetes que tienes en el bolsillo, hay una suma increíble de billetes hay y todos son de 100 dolares, nunca has pensado en los motivos del porque te hace esto y él nunca te dio una explicación.
Recuerdas la vez que dijo esas dos palabras, después de que tu mundo se derrumbara por completo.

No las ha vuelto a repetir aunque tu las digas cada noche antes de iros a dormir.

Colocas el fajo de billetes en la mesita de noche y te acomodas en su parte de la cama de forma que no te toque la espalda, huele a él, así que enseguida te quedas dormido sin notar el ruido que sucede en la planta de abajo.

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Es tu cumpleaños número 18, estas más emocionado que nunca.
Pronto comenzaras la universidad y te meterás en un equipo de fútbol profesional a pruebas de momento.

Primero tendrás una fiesta con tu familia y en la noche te iras con tus amigos a celebrar, lo mejor de todo es que Deamon va a estar en las dos y si bien llevas tiempo sin ver a su sobrina él no ha dejado de hablar contigo y tu tampoco has dejado de hacerlo.

Sin embargo tus sentimientos no han cambiado en ningún momento y pese a que has pensado en confesarte con él no has tenido valor para hacerlo, temes que te mire raro y se ríe de ti o peor, que deje de hablarte.

La fiesta ha empezado y toda tu familia esta presente menos tus padres que han ido a por tu regalo y tienes la leve sospecha de que será un coche no obstante no te haces muchas ilusiones por si acaso.
Daemon esta a tu lado hablando del partido de ayer y picándote porque tu equipo no gano y el suyo sí, te habría encantado haber visto el partido con él pero tenía trabajo y no pudo.

Media hora después oyes el coche de tu padre fuera y vas corriendo hacia la ventana y efectivamente detrás del suyo hay uno nuevo de color rojo, das un saltito y gritas aunque un momento después te avergüences de ti mismo. Sales de la casa y abrazas a tus padres fuertemente dándoles las gracias por todo y que los amas muchísimo, estos no se sorprenden ya que sois muy unidos y casi siempre os lo decís pero nunca son en vano, siempre verdaderas.

Daemon esta detrás tuyo y después de soltar a tus padres vas corriendo al coche con él siguiéndote, tus padres entran en casa y te extrañas de eso pero ellos saben de tus sentimientos por Deamon y aceptan completamente tu sexualidad aunque piensan que Daemon es un poco mayor para ti pero aun así aceptándolo.

Tienes las llaves del coche en la mano, tu padre te las ha dado y miras al interior del coche examinándolo todo y maravillandote a la vez.

Y en ese mismo momento, en el que no puedes pensar en una vida mejor que la tuya gritos suenan dentro de tu casa y cuando vas a salir del coche el peor sonido que nunca has escuchado, el sonido que te produce pesadillas y te hace gritar cuando lo oyes en la televisión: una explosión.

El cuerpo de Daemon te cubre entero y los escombros dan en su espalda, después de un momento te suelta lentamente y sales del coche y la imagen que siempre estará en tus retinas, aunque te quedes ciego se presenta ante tus ojos.

Tu casa, en la que has pasado toda tu vida, en la que perdiste tu virginidad mientras tus padres estaban de vacaciones en un balneario por un fin de semana, donde probaste tu primer trago de vodka y tu primera calada de tabaco y marihuana, donde aprendiste a andar, donde tu padre te abrazo con orgullo cuando llegaste a casa con las notas en la mano y con todo con matricula de honor, menos literatura que nunca se te dio del todo bien, donde tu madre te besó por toda la cara cuando pasaste a la final del campeonato fútbol, donde esta enterrado el cuerpo de tu primer perro...tu casa...rodeada de fuego, destrozada, con toda tu familia dentro.

Te derrumbas en el suelo, notando como Daemon te abraza fuertemente por detrás mientras lagrimas silenciosas caen de tus mejillas mirando como toda tu vida se derrumba en un momento.
Sangre sale de tu mano izquierda, donde estas apretando las llaves del coche que tus padres te acaban de regalar, por la fuerza que estas haciendo se te están clavando en la palma de la mano.

Oyes sirenas desde el final de la calle.

Tranquilo Angel, te amo, yo estoy aquí, siempre estarás conmigo, vivirás conmigo.- la voz de Daemon llega desde atrás, susurrándote en el oído.

Pero solo puedes oír como los bomberos intentan apagar el fuego, como los policías intentan hablar contigo para al final hacerlo con Daemon ya que tu no contestas y al final de todo solo oyes unas palabras.

...fue una fuga de gas, lo siento pero no hay ningún sobreviviente, ¿sabe con quien se puede quedar el chico mientras tanto?- dice un policía, soltando todo a bocajarro, sin una pizca de sensibilidad.

Oyes a Deamon decir que le tienes a él, pero solo puedes ver la que era tu casa completamente calcinada, destrozada como tu vida.
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Despiertas sobresaltado, alguien ha entrado a la habitación y ha cerrado de un portazo, te giras para ver a Daemon caminando hacia a ti, no hay ninguna expresión en su cara.

Cuando llega te coge de la caderas alzándote y solo puedes ver un brillo acuoso en sus ojos antes de sus labios se junten con los tuyos de forma brusca.

Abres la boca invitando a su lengua a juntarse con la tuya, nunca te ha tocado ni besado si no te ha bañado después de tus reuniones pero hoy se esta comportando de una forma rara pero una vez más no le das importancia y pasas los brazos por sus hombros agarrando mechones de su cabello.

Sigue besándote mientras te empuja en la cama de espaldas y no te quejas del dolor que eso te provoca porque esta quitándote la camisa que llevas en ese momento dejándote completamente desnudo.

Besa a la vez que te lame con la lengua en la parte erogara de tu cuello, después baja y mientras te lame los pezones con las manos se quita toda la ropa.

Posteriormente de que se haya quitado toda la ropa, besa cada parte de tu cuerpo a la vez que los dedos te preparan para recibirlo, no sabes cuanto tiempo estuvo haciendo eso pero cuando se separa te quejas un poco.
Él deja escapar una risita y te besa otra vez, más dulcemente que antes.

Cuando te agarra de la espalda para acomodarte es inevitable gritar ya que acaba de presionar en tus heridas.
Él te mira con confusión antes de que la comprensión llegue a sus ojos aun brillantes, se muerde los labios y te gira con cuidado.

En el momento en que tus espalda queda a la vista él deja escapar un grito ahogado, no sabes de que se sorprende, has tenido heridas peores aunque te fastidia porque estas dejaran cicatriz y eso es un inconveniente para él, para poder llevarte a las reuniones, por un fugaz momento piensas en que te puede abandonar porque ya no le eres útil, demasiadas heridas adornan tu cuerpo, solo es un momento en el que lo piensas porque de repente sus labios están en ellas, besándolas imperceptiblemente.

Te sorprendes ya que es la primera vez que hace algo como esto, cuando tenias una herida solamente chasqueaba la lengua y seguía a lo suyo aunque el día siguiente el medico viniese a curarte.

Besa cada una de ellas y no puedes evitar soltar un jadeo de sorpresa al notar una gota de agua caer a tu espalda, no...él no puede...

Intentas girarte, pero el te lo impide aunque solo un momento antes de que te permita girar por completo.
Pequeñas lágrimas surcan su rostro, ¿por qué?
No lo sabes, lleváis más de 3 años con esta rutina así que no hay nada nuevo.

Te levantas un poco y besas sus lágrimas, su bello rostro no debería estar manchado con dolor. Te agarra del mentón y sus ojos se conectan con los tuyos. Os miráis un rato fijamente, nunca te cansaras de ellos, es imposible para ti.

– Te amo.- abres tus ojos completamente, después de 3 años por fin te lo vuelve a repetir, una sonrisa de alegría surca tus labios y un poco de brillo vuelve a tus ojos.

– Yo también te amo.- él también sonríe, pero con dolor, una sonrisa llena de dolor, te confunde muchísimo.

– Después de tantos años...luego de como te he tratado...eres verdaderamente un ángel, Angel. Tu solo podrías amarme después de todo lo que ha pasado y seguramente seguirás haciendo después de lo que voy ha hacer.- y vuelve a besarte sin darte tiempo ha preguntarle a que se refiere con lo que ocurrirá después.

Alza tus piernas y cuidadosamente entra en ti mientas sigue besándote y lágrimas siguen mojando tu rostro.
Sigues su ritmo, es fácil ya que lo esta haciendo muy suave, de la forma que más te gusta.

Llegáis al clímax a la vez, casi nunca ocurre pero cuando sucede es algo que te encanta, te sientas unido a él más que nunca.
Sale de ti y te abraza fuertemente mientras sientes el esperma bajar entre tus muslos, cuando estas volviendo a dormite sientes como te alza en sus brazos y camina al baño.

Te deja sentado en el retrete y abre el grifo de la enorme bañera, vuelve hacia a ti y acaricia en cabello mientras esperáis que se llene, cuando esta ya lista te vuelve alzar en brazos y te mete en la bañera con el detrás tuyo e intenta que las heridas no toquen mucho su cuerpo.
Él cierra el grifo y empieza a enjuagarte con el gel y lavarte el cabello.

Al terminar te saca de la bañera y te rodea con una toalla llevándote de nuevo a la habitación para después dejarte en la cama y frotándote el cabello con otra toalla.
Al secarse el cabello va hacia el armario y saca su camiseta favorita, esa que siempre se pone los sábados y que constantemente has querido ponerte pero nunca te has atrevido.

Te la pone y la tersa tela te roza el cuerpo, esta también te llega por los muslos, al ser una tela tan fina no te hace daño en la espalda. Agarrándote de los brazos te levanta y vuelve a abrazarte.

– Por que tuviste que entrar al salón, ¿por qué?- no comprendes a que se refiere pero no preguntas, dos minutos después te suelta y lleva con él de la mano a la puerta, bajáis las escaleras hasta el gran recibidor para después caminar hasta el salón.

Ahora solo esta el hombre que te fundió temor la última vez, esta tomándose lo que parece whisky a la vez que se fuma un puro, cuando se da cuenta de vuestra entrada otra sonrisa sádica atraviesa su rostro lleno de arrugas.

– Me has hecho esperar mucho ¿Este es el último?- el hombre habla mientras te mira fijamente, como si estuviera inspeccionándote.

– Sí, lo es.- miras hacia él con la confusión por todo tu rostro ¿de qué habla?

– ¿Qué pasa chico? ¿Es que no sabes que eres su chulo o que? Me extraña que tengas a este aquí y en cambio a tus otros chicos en un casa apartada.- concluye dando un calada al puro.

¿Qué es lo que pasa? ¿De qué habla? ¿Chulo? Eso no es...

Todos estos pensamientos pasan por tu mente a la vez que miras hacia él, pero él no te mira, una pétrea mirada es lo único que notas.

– Es el mejor de todos, por eso lo cuido tanto.- más confusión, tu mente dando vueltas como loca, intentando comprender.

Sabes que miente ya que su labio se contrae, siempre que miente a su labio le ocurre eso.

– Bien...- el hombre se levanta dejando el vaso en la mesa del centro y camina hacia vosotros agarrándote del brazo de manera brusca para después arrastrarte hacia el gran recibidor, él suelta tu mano.- Con esto tu deuda queda saldada.- de pronto lo comprendes, te quedas mirando hacia él y dejas de andar no obstante el hombre te arrastra con él.- La próxima vez chico, no seas tan presumido y no tendré que llevarme nada más tuyo. Cuidare de todos ellos muy bien.

No, no, no quieres irte, no quieres que te abandone.
Todo el mundo te dirá que eres un estúpido, pero a ti te da igual todo lo que te ha hecho con que se quede contigo.
No te importa que te envié a esas reuniones, no te importa que solo te ame por las noches y que por la mañana te desprecie, solo quieres estar con él.

Intentas salir del agarre de este hombre cuando le ves dándose al vuelta para alejarse de ti, pero el hombre al ver que no te estas quieto te sacude y grita, y la cosa que dice te deja paralizado por completo, al igual que a él.

– ¡Estate quieto coño! ¡Después de que mato a toda tu familia solo para llevarte con él ¿aun quieres quedarte?!

No, fue una fuga de gas...el policía lo dijo...no puede ser que...él no pudo...no pudo querer destrozarte la vida...

El hombre te arrastra de nuevo y tu le sigues inconscientemente mientras observas la tensa espalda de él.
Se gira un poco y vuestros ojos conectan, lo que ves en ellos no te deja respirar. Esa culpabilidad y dolor que se reflejan en ellos...así que es verdad.

Tu futuro como una estrella del fútbol, tu increíble familia, la universidad donde ibas a estudiar para intentar convertirte en médico si lo del fútbol no funcionaba, el coche que tus padres te regalaron, ese que se llevaron porque tu no tenias forma de pagarlo...todo te lo quito él.

Un disparo suena, y la presión del agarre desaparece de tu brazo, saliendo de tu estupor miras al cadáver con un agujero en la cabeza que hay en el suelo, alzas tu cabeza y él esta hay, con una arma en el brazo mirándote fijamente. Pidiéndote perdón con la mirada, múltiples pasos se oyen y una palabra sale de su boca.

– Corre.- sabes que va a ocurrir ahora, aunque todos estos años hayas sido un ignorante sobre todo lo que ha estado ocurriendo a tu alrededor, sabes lo que ahora va a pasar y aunque deberías no piensas ni un momento en correr, andas hacia él y te posas a su lado derecho, agarrándole de la mano fuertemente, él intenta soltarse pero no le dejas y aprietas más fuerte.

– Daemon...- susurras, después de tanto tiempo sin decir su nombre por fin lo haces, el nombre que lo marco todo, el nombre con el que su sobrina te lo presento, el nombre del que te enamoraste y odiaste, el único nombre que tienes ahora, él nombre con el que vas a morir.- Tienes razón, después de todo te sigo amando...

Te giras para mirarle y vuestro ojos vuelven a conectar. Esta mirándote con sorpresa pero un momento después te sonríe y te devuelve el fuerte apretón.

Él te lo quitó todo, pero de la forma más retorcida en la que uno puede pensar, también te dio todo.

Los pasos paran de andar y voces alarmadas suenan a vuestro alrededor, os notan al fondo con él con la pistola en la mano.
Podríais haber intentado escapar, pero que importa ahora, al menos seguiréis juntos, eso es para ti lo importante aunque nadie lo entienda después de todo de lo que te has enterado.

Los disparos suenan, el dolor penetra en tu cuerpo y caes al suelo con él siguiéndote. Su pecho amortigua tu caída y con la poca fuerza que te queda levantas tu brazo y vuestras manos entrelazadas quedan encima de su corazón.


Cuando dejas de notar los latidos de éste sabes que es la hora, cierras los ojos y te sumerges en tus horas de felicidad.


FIN

Escrito por: M.E Portero
Terminado: 14/06/2015
Revisado: 22/06/2015
Código Safe Crative: 1506144328646

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